La RESFO es indicada como ayuda para resolver nuestro malestar, sea físico, psíquico o relacional, así como emocional, afectivo y racional. Evita, en muchos casos, contraer la enfermedad con todos sus síntomas. Cuando no la puede evitar ayuda a abrazarla de manera consciente y aprendiendo de ella. La RESFO se presenta también como una ayuda para centrarnos en nosotros mismos y tener el ánimo adecuado para ejercer nuestra propia responsabilidad en este entorno de crisis que estamos viviendo. Cuando el origen de los trastornos que afectan al enfermo se sitúa a nivel de su metafísico, la RESFO es el recurso que nos queda, ya que es la única técnica que puede tener una acción a este nivel. Actúa como complemento de la medicina universitaria. Como tratamiento global, que tiene en consideración al ser humano como un todo (físico, psíquico y relacional) la RESFO está indicada como complemento a la medicina para todo tipo de enfermedades físicas, y como un tratamiento eficaz para todas aquellas enfermedades de origen no físico que se resisten a los tratamientos convencionales. Los motivos más usuales de consulta en las sesiones de RESFO son:
. Adicciones (tabaco, alcohol, drogas, ludopatías, ...) . Alergias . Trastornos del sueño . Vértigos . Depresiones, ansiedad, stress, fobias,… . Enfermedades autoinmunes (fibromialgia, esclerosis, etc…) . Enfermedades crónicas y/o recurrentes. . Alteraciones conductuales de los niños (TDA, TDH, …) . Trastornos de la alimentación (bulimia, anorexia) |