Entrevistas

Charla con el Dr. Claude Piro


Testimonio de Àlex


El caso de un niño, Àlex, de 11 años, nacido por fecundación in vitro y con un parto difícil, donde se le tuvo que extraer mediante fórceps. Desde pequeño es incapaz de dormir sin la luz encendida, el televisor a todo volumen y levantándose a las pocas horas para ir a la cama de los padres. No reacciona a ningún tratamiento, incluso al método Estivill, tan efectivo para muchos casos de problemas relacionados con el sueño en los niños. “Era constante la lucha, la angustia, las noches, siempre las noches….”, dice la madre.
De hecho el niño no puede dormir hasta que no se levanta y se instala en la cama con los padres, básicamente si está la madre y la puede tocar. “Él decía que tenia miedo, pero yo no creo que tuviera miedo; es la necesidad de sentir que yo estaba allí, de tocarme”. Además Àlex se levanta por la noche, como sonámbulo y se pasea por la casa con ganas de orinar de manera que lo puede hacer en cualquier rincón. A la mañana siguiente no se acuerda de nada. “Se nota que le duele por dentro pero por más que lo intenta no puede vencer este desasosiego”. Los padres, y sobretodo la madre, están bastante fatigados por esta constante intranquilidad.
Otro síntoma evidente de Àlex es su ansia compulsiva con la comida. Si no puede comer al instante se pone de muy mal humor. Según cuenta la madre: “El último mes que estuvo en mi vientre no creció nada, crecimiento cero lo llaman. Yo estaba con problemas de diabetes de embarazo. Tal vez pasó hambre en este período y de ahí su ansia por la comida”.
Hace un mes y medio contactan con el Dr.Piro y empiezan las sesiones de RESFO. “En la primera sesión Àlex se estira en la camilla, sin hablar, cierra los ojos mientras le paso los filtros coloreados alrededor del cuerpo y de la cabeza para hacer lectura de sus memorias celulares. Se levanta relajado y le pregunto: como te sientes? Relajado, me dice. Viene una segunda vez para una nueva sesión. Se estira, se relaja. Le pregunto después como se encuentra y me dice textualmente: ya no tengo nada”, nos explica el Dr.Piro.
Después de 2 sesiones Àlex duerme solo, no pide ir a la cama de los padres, se levanta solo por la noche para hacer pipí y se vuelve a su cama. Aún necesita algo de luz para dormir y la tele encendida pero bajita, ni mucho menos como antes. “Ha sido un cambio radical en un mes y medio. Es o no es. Pues es…..son once años probando”, dice la madre. Ahora el niño está contento y le cuenta a su abuela, con orgullo, que ha dormido toda la noche. El ansia para comer ha disminuido mucho, está más tranquilo y es capaz de no comer compulsivamente.
De manera general Àlex ha tenido un cambio, una maduración, “ahora estudia solo, es más responsable, es como si hubiera dado el paso de hacerse mayor”.
Ha aceptado muy bien los tratamientos de RESFO, se estira, se relaja y deja hacer. Contrariamente, hace unos meses, en ocasión de acudir a una psiquiatra, cuando esta sugirió un tratamiento con pastillas, “él abrió los ojos y exclamó: no, yo no quiero, eh?, pastillas no, eh?”. Ahora dice, aunque no le gusta hablar mucho de ello, que “el doctor me ha ayudado pero que yo he hecho mucho, que lo he conseguido yo con mi esfuerzo y trabajo, vale?”. Y es que Àlex ha comprendido internamente lo que la RESFO le ha ayudado a hacer: a responsabilizarse de su trabajo, a ser consciente de la conexión consigo mismo y con su entorno. Los padres de Àlex están muy agradecidos, “porque iban pasando los años y no encontrábamos solución y nos íbamos inquietando. Ahora estamos muy contentos y animamos a quienes tengan algún problema a que lo prueben”.
Gracias a la nueva visión del hombre utilizada por la RESFO, que suprime algunos de los límites de la medicina, en esta última sesión se ha podido armonizar el conjunto de los componentes del ser, lo que le ha devuelto su unidad y, consecuentemente su serenidad.

Artículo basado en entrevistas directas efectuadas a los padres de Àlex y al Dr. Piro en Junio de 2013 tras 3 sesiones de RESFO.

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